Asintra recuerda los ocho elementos claves que debemos revisar para multiplicar la seguridad vial y el ahorro de costes.
La Asociación Industrial de Talleres de Reparación de Automóviles de Santa Cruz de Tenerife (Asintra, integrada en Femete) recuerda que “la correcta conservación y el mantenimiento preventivo de un vehículo es una responsabilidad del conductor que multiplica la seguridad vial y el ahorro de costes. Especialmente ante condiciones meteorológicas adversas como suele suceder en la época invernal, con lluvias y descenso de temperaturas. Por eso, reiteramos la necesidad de verificar en qué estado se encuentra nuestro coche acudiendo a talleres legales y profesionales de confianza, como los talleres asociados a Asintra que son garantía de legalidad, para así evitar fallos mecánicos y averías inesperadas de consecuencias graves”, resalta el presidente de esta asociación, Francisco Roca. Con esa finalidad, repasa los ocho elementos que considera claves:
- Batería y líquidos: “Las condiciones invernales exigen un mayor esfuerzo a las baterías y al sistema de arranque, en general. Es necesario proteger los bornes, comprobar el nivel y calidad del electrolito, así como asegurarse del buen funcionamiento de los calentadores en los motores diésel. Comprobar igualmente el líquido refrigerante, el de frenos y el aceite”.
- Neumáticos: “Comprobar su estado es fundamental al ser el único contacto entre el vehículo y la calzada. Revisemos el estado del dibujo de las ruedas que no debe presentar desgastes anormales y ha de mantener una profundidad mínima en toda su superficie de 1,6 milímetros, teniendo en cuenta que, a mayor dibujo, las gomas tendrán mayor capacidad para evacuar agua. Además, una presión inadecuada produce una mala adherencia y un desgaste incorrecto. También debemos comprobar la alineación”.
- Amortiguadores: “Su mal estado afecta negativamente a la estabilidad del vehículo, aumenta las distancias de frenado y hace más difícil mantener la trayectoria deseada, factores que se ven agravados cuando se circula sobre un pavimento con baja adherencia. Resulta difícil para un conductor detectar el deterioro de los amortiguadores, por lo que es recomendable encargar su revisión a un taller profesional de confianza”.
- Frenos: “Si la carretera está húmeda o mojada, aumenta la distancia de frenado. Además, el peligro de accidente aumenta de forma considerable con pastillas y discos desgastados, pérdidas de líquido, eficacia de frenado diferente en cada lado del vehículo o peligro de bloqueo de algún neumático”.
- Dirección: “Guiar un vehículo sobre el asfalto requiere un trabajo complejo y delicado para los órganos de dirección. Más aún si se suman elementos adversos como un fuerte viento o un piso deslizante. La dirección es un mecanismo de precisión, por lo que es esencial que funcione sin defectos mecánicos. Muchos sistemas de dirección actuales cuentan con asistencias hidráulicas, por lo que entran en escena líquidos y poleas que también requieren atención”.
- Iluminación: “Con niebla, lluvia o nieve, debemos disponer de faros que iluminen la carretera de forma correcta. Hay que verificar el sistema de iluminación y de señalización; el reglaje de los faros para que repartan su haz de forma adecuada sobre la calzada y para evitar el deslumbramiento de los conductores que vienen de frente, así como revisar el envejecimiento de lámparas y ópticas, que reduce el nivel lumínico y su alcance”.
- Limpiaparabrisas: “Las raquetas limpiaparabrisas gastadas dejan marcas sobre los cristales que dificultan mucho la visión, especialmente a contraluz y con la iluminación nocturna. La falta de líquido lavaparabrisas puede poner también al conductor en apuros en algunas ocasiones”.
- Calefacción y aire acondicionado: “Este equipamiento del vehículo juega otro papel relevante en invierno. No sólo hay que contar con un adecuado grado de confort, sino con un sistema de desempañado eficaz y rápido que permita circular en las mejores condiciones de visibilidad”.